ESPIRITUALIDAD

La Espiritualidad de la Parroquia Sagrada Familia está conformada según el Espíritu de Jesús que obra en el mundo y en su Iglesia. De allí que tenemos unas pistas o claves, que nos ayudan a vivenciar el seguimiento radical a Jesús para colaborar en la construcción del Reino de su Padre-Dios, que es Amor Comunitario entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

1. AMOR DE DIOS (Isaías 43,1-7): Dios es nuestro Padre. El nos creó y nos formó. Le pertenecemos a El. Valemos mucho ante sus ojos. El nos aprecia mucho a cada uno de nosotros porque nos ama incondicionalmente. En la Trinidad: Dios Padre, Dios-Hijo y Dios-Espíritu Santo forman una FAMILIA de AMOR, una comunicación en la que el Amor es darse y entregarse mutuamente. La vivencia del Amor de Dios Padre nos invita a experimentar su Amor y dejarnos amar sin condiciones. Desde su Amor va cambiando nuestras falsas imágenes que tenemos de El y descubrimos el valor inmenso que somos cada uno ante El porque nos ama.

2. CONVERSIÓN (Lucas 15,11-31): Dios-Padre tanto nos ama que no llegamos a dejar que verdaderamente nos ame tal cual como El quiere. De allí que, buscamos otros amores distintos de Dios. Salimos de ese Amor Incondicional y buscamos otros caminos que no nos hacen felices, aunque creemos que nos da felicidad. Vivimos según la idolatría siendo dueños de nosotros mismos, ocupando el lugar de Dios. Esto no nos da vida y empieza nuestro proceso de conversión a nuestro Dios-Padre que es Amor Incondicional y nos acoge perdonándonos, reconciliándonos con El y nuestros hermanos.

3. SEGUIMIENTO RADICAL A JESÚS (Lucas 5,1-11): Nosotros llegamos a la comunión, conocimiento y vivencia de Dios-Padre a través de su Hijo
encarnado Jesús. La experiencia del Amor de Dios-Padre se concreta en Jesucristo que nos llama a ser seguidores suyos para vivenciar a su Padre y transmitir a los demás la vida de Dios, que es amor, verdad y justicia. El seguimiento es radical y no a medias. De allí, la importancia de conocerle a Jesús para más amarle y seguirle. Un conocimiento vivencial de Jesucristo, que nos llama a colaborar con El en la construcción del Reino de su Padre compartiendo su proceso de fe, y empezar a peregrinar en esa misma fe que el Espíritu recrea en nosotros.
4. DISCERNIMIENTO (Juan 3,1-10): El hombre nuevo Jesús comparte con nosotros su estilo de vida. Somos hombres y mujeres nuevos/as en Cristo Jesús a través del Espíritu Santo. Quien vive según el Espíritu Santo de Dios en Jesús se deja conducir por El, que va mostrando el camino guiado por Jesús en su seguimiento. Vivir el seguimiento radical a Jesús implica dejarse conducir por el Espíritu Santo que habla en el mundo y en su Iglesia. De ahí, la importancia de sintonizar con el Espíritiu Santo para buscar y hallar la voluntad del Señor y captar lo que no es el proyecto de Dios que atenta contra la vida y el mismo proyecto de Dios.
5. COMUNIDAD APOSTÓLICA FORMADORA (Juan 15, 1-17): Jesús llamó a sus discípulos para compartir sus vidas con El. Y les fue formando desde la vida en comunidad para llegar a ser apóstoles de la Buena Noticia que Jesús les compartía. Jesús no hacía nada por su propia cuenta, ni iba solo sino en comunidad. En la comunidad apostólica se va manifestando Dios-Padre en Jesucristo con el Espíritu Santo, que va guiando y orientando la misión encomendada por el mismo Jesús. Una comunidad apostólica que se va formando, en la que las personas enviadas mantienen un proceso de crecimiento corresponsable. La comunidad vivencia la fe de Jesús y la transmite a los demás desde la vida en la misión encomendada.
6. INCULTURACIÓN (Lucas 1,26-38): El Padre nos amó hasta el extremo y nos envió a su Hijo que se encarnó en nuestra naturaleza humana por la fuerza del Espíritu Santo. Jesús asumió nuestra vida humana y se inculturó en una cultura concreta, cual fue la judía. La cultura es el modo de ser, pensar y vivir que identifica a un pueblo. Toda cultura brota del caminar de un pueblo que tiene sus valores y antivalores y se expresa en su modo de ser. Potenciamos los valores que están en consonancia con los valores de Jesús, tales como el compatir, la ayuda mutua, el servicio a los más necesitados, conformando una vida de pobreza evangélica a la manera de Jesús y que a la vez contrasta, rectifica, cuestiona los antivalores de nuestros barrios y de nuestra sociedad que atentan el proyecto de Amor, que Dios-Padre nos deja en su Hijo Jesús.

7. METODOLOGÍA: REFLEXIÓN SOBRE LA PRAXIS (Lucas 21, 1-7):
Es el método utilizado por ahora para ver nuestro caminar. Estamos en los inicios y es un instrumento que estamos aprendiendo para contrastar nuestras vidas de seguimiento desde la fe de Jesús: A) Desde la fe de Jesús --> B) Vemos nuestra realidad (vivencias, pensamientos, sentimientos, actuaciones) --> C) Reflexionamos nuestra realidad desde los criterios de la fe de Jesús y potenciamos o rectificamos poniendo los medios adecuados para empezar un --> D) Nuevo Actuar, preguntándonos: qué sentimos que el Sr. nos pide para el nuevo actuar? y, qué pasos habría que dar para empezar a caminar hacia lo que el Sr. nos pide y muestra?

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